Argentina
Mapa - referencias
B. Artículo 4
Breve nota del contexto nacional
Fue a finales de la segunda mitad del siglo XIX que en Argentina se construyó un conjunto de principios que proponían una idea de identidad nacional como opuesta a los indígenas, habitantes tradicionales y pre-existentes a la Nación misma. En algunos casos, como en la región de la Patagonia al sur del país, esa exclusión llevó incluso a negar la existencia de indígenas en el territorio nacional y consolidó entre buena parte de la población, ideas sin base histórica como aquella de la extranjería originaria de algunos pueblos indígenas. Marcados por la mirada etnocéntrica de la época, esas ideas y principios consolidaron verdaderas mitologías mediante las cuales los indígenas fueron convertidos en salvajes, bárbaros, enemigos e indignos de tierras, territorios y recursos que mediante la fuerza y la violencia fueron declaradas propiedad de la Nación. Los estrechos vínculos entre ideas específicas de soberanía, formas imaginadas de la sociedad nacional y la violencia instituyente se expresaron en una geografía de poder estatal cuyos legados llegan hasta el presente. Esta geografía está compuesta de malones, fronteras y fortines, así como de lugares y dispositivos como la Reducción que, al contrario de ofrecer el cuidado y la protección que prometían, significaron explotación económica, violencia colonial y muerte. En este contexto, las prácticas genocidas emergieron como tecnología de disciplinamiento y dispositivo generador de las condiciones de posibilidad de una negación de lo indígena en tanto idea, de los indígenas en tanto sujetos políticos y simplemente en tanto otros que, aunque con matices y diferencias se repetiría en todo el país. En efecto durante la primera mitad del siglo XX ya no fue solo el Estado sino los colonos quienes alentaron, promovieron y ejecutaron la violencia contra los indígenas sentando las bases para que la exclusión, la explotación e incluso la muerte, al igual que el despojo sistemático, adquirieran legitimidad y siguieran emergiendo hasta hoy.
Diferentes iniciativas que exigen memoria, verdad, justicia y reparación frente a esas violencias y experiencias de despojo en algunos casos han dado lugar en los últimos años al reconocimiento por parte del Estado Nación de su responsabilidad abriendo la puerta a numerosos interrogantes. ¿Pueden ser reparadas esas violencias históricas? ¿Es posible una justicia no-etnocéntrica? ¿Es posible la justicia por los crímenes de ayer en un contexto de impunidad generalizada frente a las violencias del presente contra los pueblos indígenas?, Mientras tanto, la violencia del Estado y de los colonos adquiere nuevos bríos sobre ideas y prejuicios construidos hace ya 200 años y que hoy es urgente impugnar.
1. Pasados que no pasan
Claudia Briones
Este capítulo hace foco en las irradiaciones de la llamada
“conquista del desierto” en el presente, como evento que asocia fricciones no
sólo ideológicas, sino también ontológicas y epistemológicas que quedan
invisibilizadas. Argumenta que es precisamente la oclusión de los distintos
tipos de disenso activados en las pugnas interpretativas lo que complejiza y
hace inoperante ciertas ideas de "reparación histórica".
2. Genocidio del pueblo de Pilagá. Un recorrido desde el monte hasta los tribunales
Valeria Mapelman
En Argentina no
existen organismos que investiguen el Genocidio contra los pueblos originarios
que tampoco han sido alcanzados por las políticas de memoria y justicia
aplicadas a victimas e hijos de la ultima dictadura militar. Pero esta
exclusión, produjo al mismo tiempo la enérgica determinación por denunciar la
violencia y buscar una justa reparación.
La masacre de La Bomba, perpetrada contra el pueblo Pilagá en octubre de 1947, fue reconstruida por los sobrevivientes de manera tan completa que logró quebrar el silencio oficial. Ligada al sistema de reducciones estatales, ejecutada por la Gendarmería Nacional y la Fuerza Aérea, la masacre se extendió por más de veinte días y dejó un saldo de muertos y desaparecidos difícil de calcular.
En 2005 la Federación de Comunidades del Pueblo Pilagá, inició un juicio por Genocidio contra el Estado argentino, un proceso acompañado de grandes expectativas y logros, pero que, al mismo tiempo, revela el negacionismo estatal sobre los crímenes cometidos. El articulo publicado en este libro sigue las huellas que los sobrevvievientes dejaron en su paso por los tribunales.
La masacre de La Bomba, perpetrada contra el pueblo Pilagá en octubre de 1947, fue reconstruida por los sobrevivientes de manera tan completa que logró quebrar el silencio oficial. Ligada al sistema de reducciones estatales, ejecutada por la Gendarmería Nacional y la Fuerza Aérea, la masacre se extendió por más de veinte días y dejó un saldo de muertos y desaparecidos difícil de calcular.
En 2005 la Federación de Comunidades del Pueblo Pilagá, inició un juicio por Genocidio contra el Estado argentino, un proceso acompañado de grandes expectativas y logros, pero que, al mismo tiempo, revela el negacionismo estatal sobre los crímenes cometidos. El articulo publicado en este libro sigue las huellas que los sobrevvievientes dejaron en su paso por los tribunales.
3. Noolé Palomo, una mujer al frente de la Federación de Comunidades del Pueblo Pilagá
Entrevista de Valeria Mapelman a Noolé Palomo
Esta entrevista
realizada por Valeria Mapelman a Noolé Palomo como
contribución a este volumen, fue realizada a principios del año 2021 durante la
pandemia de COVID 19. En esta entrevista Noolé describe la manera en que las
trayectorias personales se entremezclan con el recuerdo de la explotación
económica y la masacre de La Bomba cuyo recuerdo, poco a poco fue desenterrado
en un verdadero acto de verdad y pervivencia. En esta conversación también
surgen con fuerza referencias a las motivaciones que contribuyeron a que una
mujer como Noolé se convirtiera en una de las figuras más importantes de la
Federación del Pueblo Pilagá, una organización autónoma que con muchas
dificultades lucha hace más de dos décadas por los derechos y el reconocimiento
de los Pilagá y principalmente por la restitución de un territorio del que han
sido despojados, persistentemente, por el Estado y distintos sectores de la
sociedad argentina.
4. Entre el panóptico y la interperie
Carlos Salamanca
El
Estado argentino mantuvo con los indígenas chaqueños una relación colonial
marcada no sólo por el despojo sistemático de sus tierras y de sus medios de
reproducción social y cultural, sino por prácticas de violencia a gran escala
que algunos casos llegaron a tomar la forma de prácticas genocidas. Centrándome
en la Reducción como figura emblemática de la relación colonial, en este
artículo analizo ese paisaje de colonialismo nacional en esta zona de frontera
para luego analizar algunas de las maneras en que se han desplegado las
políticas de memoria, verdad y justicia como clave de lectura de las violencias
históricas, sistemáticas y estructurales ejercidas contra los indígenas
chaqueños.